*Por Franco Giordano
Actualmente se gesta al interior de los estados Chileno y Peruano (y en parte Boliviano) unas ansias de beligerancia y de construir –al menos en el imaginario colectivo- la “crisis” política, y con esto derivar en un conflicto entre países.
Es probable que está supuesta guerra quede sin realizarse, principalmente por que el contexto no lo permite, optando por las soluciones entre países ratificadas en el derecho internacional y el dialogo. Sin embargo; es posible realizar un pequeño análisis de la situación, y el sentido de la conflictividad.
Recordemos como antecedente la renombrada Guerra del Pacífico. Podemos decir que detrás de todos esos discursos patriotas con los que nos han pintado el mundo de colores para hacernos sentir “más chilenos que nunca”, realmente se escondía un conflicto aun mayor entre las oligarquías[1] dominantes de los países involucrados. El conflicto real en esta situación era el control de los minerales en la zona de Arica y Antofagasta; en palabras simples, correspondía a una guerra de intereses de los ricos.
Los manuales de Historia entregados por el Ministerio de Educación tanto de Chile como del Perú apelan al patriotismo y a la “Identidad Nacional” con el fin de reflotar ese espíritu bélico que sigue siendo un conflicto de minorías económicamente poderosas (que intervienen y/o conforman parte del poder político). En Perú se incentiva a que los estudiantes primarios y secundarios discutan sobre el reciente conflicto limítrofe, y no escatima sus fines, de hecho los deja claro el “fin es sensibilizar a los estudiantes y la comunidad educativa para fortalecer su identidad nacional.”
Chile por su parte, no se queda atrás; se crean héroes en la Historia que provienen de familias oligarcas y sobre los cuales, se crean grandes construcciones de veneración, a los que se les dedica una enormidad de tiempo dentro del año escolar, sin ir mas lejos; ¿Qué tan importante es la figura de Arturo Prat para las mayorías obligadas a vivir sin que se cuente su historia?, o mayor a un ¿Cuál es el sentido real de denominar –y dedicar- un mes entero al “mar” y a la enorme victoria que representa para “lo chileno”?. Creo que el fin de estas ideas es mantener esa lógica de la crisis constante y por otra parte incentivar un patriotismo nacionalista que ratifique la estructura estatal implementada en el país.
Para propagar el apego a los movimientos bélicos siempre se apunta a la unidad; y eso lo sabe la clase dominante; en momentos en que la crisis del neoliberalismo está a la orden del día, y que por consiguiente; se le debe dar la razón a los miles y miles de personas descontentas sacrificadas por el capital, que propagan hasta el final que el capitalismo tiene la falla estructural de tener esas profundas crisis, surge la posibilidad constante de la guerra. La Concertación y la Alianza llaman a que “en esta materia, debemos unirnos bajo un solo partido denominado Chile” y George Orwell lo predijo en su obra “1984”: “el fin de la guerra con el exterior es justificar la misma estructura interna de un país”.
Creo que la conclusión es amplia, y este pequeño texto llama a la reflexión. Las guerras entre dominadores no es realizada para la libertad de los dominados, sino que; por el contrario tiene el fin de mantener a los dominados en la sumisión. El peruano común no es el enemigo del chileno común, por el contrario; deberían tomar conciencia de esos antagonismos y transformarlos en organización.
Actualmente se gesta al interior de los estados Chileno y Peruano (y en parte Boliviano) unas ansias de beligerancia y de construir –al menos en el imaginario colectivo- la “crisis” política, y con esto derivar en un conflicto entre países.
Es probable que está supuesta guerra quede sin realizarse, principalmente por que el contexto no lo permite, optando por las soluciones entre países ratificadas en el derecho internacional y el dialogo. Sin embargo; es posible realizar un pequeño análisis de la situación, y el sentido de la conflictividad.
Recordemos como antecedente la renombrada Guerra del Pacífico. Podemos decir que detrás de todos esos discursos patriotas con los que nos han pintado el mundo de colores para hacernos sentir “más chilenos que nunca”, realmente se escondía un conflicto aun mayor entre las oligarquías[1] dominantes de los países involucrados. El conflicto real en esta situación era el control de los minerales en la zona de Arica y Antofagasta; en palabras simples, correspondía a una guerra de intereses de los ricos.
Los manuales de Historia entregados por el Ministerio de Educación tanto de Chile como del Perú apelan al patriotismo y a la “Identidad Nacional” con el fin de reflotar ese espíritu bélico que sigue siendo un conflicto de minorías económicamente poderosas (que intervienen y/o conforman parte del poder político). En Perú se incentiva a que los estudiantes primarios y secundarios discutan sobre el reciente conflicto limítrofe, y no escatima sus fines, de hecho los deja claro el “fin es sensibilizar a los estudiantes y la comunidad educativa para fortalecer su identidad nacional.”
Chile por su parte, no se queda atrás; se crean héroes en la Historia que provienen de familias oligarcas y sobre los cuales, se crean grandes construcciones de veneración, a los que se les dedica una enormidad de tiempo dentro del año escolar, sin ir mas lejos; ¿Qué tan importante es la figura de Arturo Prat para las mayorías obligadas a vivir sin que se cuente su historia?, o mayor a un ¿Cuál es el sentido real de denominar –y dedicar- un mes entero al “mar” y a la enorme victoria que representa para “lo chileno”?. Creo que el fin de estas ideas es mantener esa lógica de la crisis constante y por otra parte incentivar un patriotismo nacionalista que ratifique la estructura estatal implementada en el país.
Para propagar el apego a los movimientos bélicos siempre se apunta a la unidad; y eso lo sabe la clase dominante; en momentos en que la crisis del neoliberalismo está a la orden del día, y que por consiguiente; se le debe dar la razón a los miles y miles de personas descontentas sacrificadas por el capital, que propagan hasta el final que el capitalismo tiene la falla estructural de tener esas profundas crisis, surge la posibilidad constante de la guerra. La Concertación y la Alianza llaman a que “en esta materia, debemos unirnos bajo un solo partido denominado Chile” y George Orwell lo predijo en su obra “1984”: “el fin de la guerra con el exterior es justificar la misma estructura interna de un país”.
Creo que la conclusión es amplia, y este pequeño texto llama a la reflexión. Las guerras entre dominadores no es realizada para la libertad de los dominados, sino que; por el contrario tiene el fin de mantener a los dominados en la sumisión. El peruano común no es el enemigo del chileno común, por el contrario; deberían tomar conciencia de esos antagonismos y transformarlos en organización.
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[1] “El gobierno de pocos”. Se entiende que estos pocos eran las élites ricas y poderosas que eran minoritarias entre la población pero que controlaban la mayoría de los recursos. En Latinoamérica corresponden a una clase que presentó una supremacía de control político a lo largo de la mayor parte del siglo XIX
me parecio bueno este articulo. Pero yo creo que ni Perú ni Chile son los principales responsables. El pais que busca este conflicto es estados unidos, le vende armas a chile y a Peru para que entre ellos se maten, a estados unidos ya que esta en momento de crisis le sale negocio estas ventas. No hay que seguirles la corriente y hay que vivir en PAZ!
ResponderEliminarExelente artículo.
ResponderEliminarMe he tomado la libertad de poner un enlace en mi blog: http://cosasycrisis.blogspot.com/2011/04/peru-elige.html hacia el tuyo.
Un abrazo