Por Andrés Bianque. Publicado en Hommodolars
"Los reformistas son, políticamente, algo entre revolucionarios y reaccionarios; son revolucionarios porque quieren cambiar las leyes e instituciones para adherirlas a las relaciones sociales emergentes. Son reaccionarios en el sentido que desean mantener el sistema social existente, manteniendo intacta la estructura de clases actual y manteniendo su propio poder en esa estructura"
Lo que ocurre en Honduras sirve para visualizar de muy buena manera la contextura política e ideológica de una ingente cantidad de humanoides. Rechazar un Golpe Gorila por parte de las Fuerzas Armadas reaccionarias, es un deber inalterable, solidarizar y hermanarse con el pueblo hondureño en su justo anhelo y defensa de sus derechos, eso es una cosa, pero pedir histéricamente que vuelva un representante de la burguesía eso es otra cosa. Aquí en este punto es en el cual, los amarillos, deslavados, y oportunistas de todos lados, se envenenan las venas con la tinta que no sea de su gusto.
Existen bandos de la burguesía distanciados, pero no distintos. Hay que separar el trigo de los cuervos. Recordemos que bastantes simpatizantes de Zelaya son personas de Derecha, o sea, explotadores y sinvergüenzas divididos en fracciones, para ver quién se queda o reparte mejor la torta fiscal.
Si la clase proletaria estuviera luchando en las calles por sus derechos, por profundizar sus demandas, por levantar sus propias reivindicaciones, jamás se hubiese concitado el “desinteresado” apoyo solidario internacional de los más insignes “democráticos representantes” del mundo, ejemplo, Eduardo Frei, azuzador de Pinochet y compañía.
Para la gran mayoría lo que está en juego es, dictadura o democracia, nada más que eso. Y ya sabemos las ventajas corporativas y jugosas que otorga la “democracia”. Los traumados, como en el caso de los chilenos, gritan desesperados, nunca más a los militares, por eso votan por los mismos sinvergüenzas una y otra vez, porque ellos representan “la democracia”, y serán siempre mejores que los Militares. Pedirles que unan esos llantos y quejas en pos de la construcción de un movimiento popular transversal, ahí, les entra agua al cerebro.
¿Todo un pueblo movilizado para qué? Que se muevan cientos de miles, ¿y qué con eso? Un pueblo movilizado no garantiza nada sino hay una meta concreta, sino hay una dirección, un partido, un movimiento, una coordinadora clasista que vele por los intereses de las clases más necesitadas en forma clara, lo demás, pura parafernalia de titiriteros tras las sombras.
¿Qué herramientas ideológicas se le ha brindado al pueblo hondureño? Lo típico de siempre, un montón de maricones agrupados entre periodistas, ideólogos y militantes que escriben con pluma de plata o hablan con labios de cristal, intentando no molestar a nadie, intentando caerle bien a todo el mundo. Escriben a destajo, pero netamente lo descriptivo del asunto, agregan dos adjetivos, supuestamente solidarios o humanistas, para que se les diferencie de las mismas noticias que muestran los medios informativos del capitalismo y nada más. Describen el mundo y de lo que se trata es de…
No se trata de ser ultra, se trata simplemente de tener dos dedos de frente. El pueblo es usado como carne de cañón para resolver los problemitas entre hermanos avariciosos. Resulta obvio, ¿José Miguel Insulza está apoyando la lucha de clases por allá, lo mismo Zapatero, la Onu? (Insulza, sí, el mismo llamado "pendejo" por Chavez.)
Resulta que muerto Farabundo, muerto Sandino, muerto el Che, Miguel Enríquez, Sendic, Roberto Santucho, dictaduras militares antes, después y durante, más la caída de la catedral soviética, hizo que emergieran nuevos tiempos y nuevos sujetos. Quizás no tan nuevos, pero ahora, siglo XXI, esos sujetos ostentan un protagonismo a toda prueba.
Ciertos comunistas, socialistas, rebeldes revolucionarios, y sudorosos subversivos insurrectos, sacan provecho de sus nombres, dan cátedra a los cuatro vientos y después, agrupados en sendos partidos comunistas, socialistas o movimientos, bogan por la vuelta a la democracia burguesa en un país que necesita una revolución social, un cambio radical en las estructuras, no la vuelta de un mequetrefe, que en un lapsus aprobó una o dos mociones supuestamente liberalizadoras o significativamente sociales. La izquierda añeja siempre intenta calmar los ánimos y maquillar mejoras al sistema, evitando el factor revolucionario. Llamar a acciones más radicales sería perder un par de votos en el futuro, sería perder ciertos puestos y conventos, llamar a algo más serio sería hacer enojar a los señores que son tan generosos los domingos con nosotros en los mercados.
“Ser radical es tomar las cosas por la raíz y la raíz para el hombre es el hombre mismo” (Marx) (Yo hubiera escrito, ser humano, pero en fin)
Pareciera que ante la impotencia, ante el fracaso de las políticas propias de las “vanguardias revolucionarias” hay un cúmulo de individuos que no encuentran nada mejor que hacer, que adherirse a políticas tibias y reformistas de cuanto pelagatos asome o aparezca. Hugo Chávez es un hombre que intenta hacer las cosas de una manera noble, ha probado insistentemente que es un hombre que intenta realizar acciones justas, pero no por eso es perfecto, no por eso el ALBA es la solución mágica o precisa para los problemas de América Latina, el comandante por lo general dice excelentes y bravíos comentarios, pero también, más de alguna vez, ha salido con alguna estupidez. Lo mismo Evo Morales, o Correa y todos los que esta izquierda, “del siglo 21”, considera paladines de las causas sociales.
Ante el rotundo fracaso de las políticas revolucionarias, exceptuando el papel muy decente y honroso de la guerrilla en Colombia, y quizás también la de Chiapas, el reformismo piensa, cree haber encontrado el quid del asunto. La revolución social a través de secretaría, socialismo a la chilena, votos en vez de balas, legítimo, pero no único, legítimo, pero hasta el momento las píldoras y placebos en contra del sistema capitalista son solamente eso, paliativos. ¿Imagino que uno puede debatir por lo menos con su propia gente, sin que lo censuren porque no cabe dentro de la política editorial de ciertas revistas que se hacen llamar de izquierdas?
La moda ahora es embarcarse en cuerpo y alma en lo electoral, he ahí la veta, vena abierta de la cual poder succionar algo, a raíz de no tener posesiones en otros campos. La izquierda se sienta a jugar a las cartas con el dueño de casa, que está bastante bien armado, con la esperanza de que sí sigue al pie de la letra sus reglas, podrá agarrar un pedazo de pan de sobre la mesa. Sino pregúntenle al Partido Comunista Chileno. Entonces, Zapatero, Bachellet, Correa, Tabaré Vásquez, Mauricio Funes, Lula y etcéteras son los encargados de realizar cambios sociales a través de REFORMAS, o sea, realizar lo que no puede la izquierda en sus discursos, fundamentos, y estatutos. Y eso es bastante llamativo, especialmente porque los postulados de izquierda indican el total desprecio para con las estructuras de la burguesía, el capitalismo y bla bla bla.
¿Quieren cambiar el mundo con un cupón? Háganlo, pero déjense de llamar de Izquierda. Ustedes son otra cosa. Qué se habrán creído, igualados.
¿Destruir el estado burgués? ¿Para qué? Sí ese mismo estado burgués suelta la correa, suaviza el látigo, entiende que los golpes militares fueron métodos exacerbados y mal vistos, entonces, invitan y usan a la izquierda a jugar a la democracia burguesa. Y es ahí donde los revolucionarios “del siglo 21”, se sienten a sus anchas, claman y declaman a favor de lo muy bueno que es ir a votar para cambiar el mundo. Está bien, métodos válidos, legítimos, “dialécticamente acertado” dirán los que saben. Pero coman callados, intenten apernarse en algún puesto, posesión, subvención en silencio. También tengan la hombría, gallardía de recibir críticas, porque como se nota que los que quieren cambiar el mundo con papeletas y cupones tienen todo el tiempo del mundo. Cientos de miles de niños mueren diariamente de hambre, pero hay algunos que pueden esperar años y años a que los señores aguanten las destacadas conquistas sociales a punta de petitorios.
Son los que hacen gárgaras con la palabra Socialismo, y Otro mundo es posible, pero jamás serían capaces de desprenderse de todos los bienes capitalistas que tanto disfrutan a diario. Son los que eluden el debate, son los que no tienen pantalones para asumir los propios fracasos e inoperancias.
Payasos de seudo-izquierda que están siempre a la vela de los acontecimientos, hace dos semanas, jamás se habían interesado ni escuchado por Honduras, sus Maras y su cultura, y ahora resulta que se sienten tocados. Hace un par de semanas escupían a la ONU y la OEA en su despreciable papel garante de gerentes y gendarmes del mundo.
¿Ahora?
Muchos focos guerrilleros, e iniciativas revolucionarias fallaron, no todos, pero se cometieron incontables errores y falencias en la gran mayoría, justas son las críticas y las diatribas. Pero lo mismo corre para los revolucionarios de salón. En Chile llevamos 20 años esperando algún fruto del simpático trabajo de los reformistas de izquierda y la gente sigue acampando y durmiendo debajo de los puentes.
Ahora, que los señores les dejan alzar la voz, insisto, coman callados, disfruten silentes los desinteresados aportes de la socialdemocracia en su afán de no hacerle olas muy grandes al sistema.
Hace rato cayó la economía, se desbarataron las acciones, ahí corrieron todos a desenterrar a Marx de la tumba, ¿Para qué? ¿Para que el estado financiara las empresas?
Corran a leer a Petras, Chomsky o Dietrich, lo que diga el arzobispado intelectual de la izquierda, será palabra santa para el correcto quehacer en el futuro mediato ó inmediato.
Si lo dicen los que saben, es que así debe ser, intentar incurrir en el desacuerdo, es, en palabras doctas de algunos camaradas “ideológicamente incorrecto, hacerle el juego al imperialismo, a la oligarquía, ser financiado por la CIA, ultraizquierdista infiltrado, anarquista esquizoide, trotskista escondido, dialécticamente errado” lo que sea con tal de no ver las propias faltas y carencias.
Se prohíben los pensamientos diferentes, quedarán sometidos a lapidaciones grupales, todo aquel que no repita como loro, el coro que entona la supuesta izquierda.
¿En qué está la izquierda internacional que no llama a tomarnos de las manos y, juntos, en una oración subversivamente santa implorar para el pronto restablecimiento de la institucionalidad en Honduras?
¿Ya comenzaron las listas con nombres a correr?, aprovechen el impulso y que esos mismos firmen de pasadita una lista para que el sistema capitalista se largue del planeta Los tendones de Honduras tiemblan, se despedazan, se tensan al son marcial. Pero debe haber clara esperanza, debe ser un hervidero de combatientes internacionalistas de izquierda, enviados por todos los países y partidos hermanos. Confunden la justa hermosa defensa de los derechos humanos, con el restaurar en su puesto a un presidente de bien dudosa calidad. Pero lo dijo Chávez, entonces tiene que ser cierto, lo dijo Morales, obvio que es verdad. Lo blanco es blanco y lo negro es negro, no existen los matices u otros colores.
Los Cocodrilos vuelan. No, no vuelan. Lo dijo el Comité Central. Entonces si vuelan, pero bajitos
Y años atrás…Lo dijo la URSS, entonces tiene que ser bueno y cierto. Campos de concentración, abusos, arbitrariedades, son críticas inventadas por aquellos que le hacen el juego al imperialismo. Ahí estaban los que eran más papistas que el papa, siempre han estado y seguirán estando.
Miles de muertos bajo el reinado comunista, los desmembrados, los torturados, los ahorcados, los escupidos por el sistema, los fusilados, los institucionalizados en psiquiátricos, declarados locos por no recitar el estatuto del partido comunista.
Pienso en todos esos malditos cobardes que siempre bajaron la cabeza y miraron para otro lado, que mientras les duró la subvención jamás levantaron una crítica en contra del patrón rojo o alguna anormalidad en esas tierras. Obsecuentes, perros falderos, ciegos de adentro, pero ojos gigantes de alguna ganancia interesante, alguna ventaja personal. Y los que intentan o anhelan un mundo mejor, tienen que cargar con la basura heredada de esos aprovechadores. Callaron, siempre callaron ante el horror y las injusticias. Ahora, no hay bloque distinto en el mundo, entonces se apegan al fundo que más leche les de. El de las reformas, Gandhi y Lenin deben ser lo mismo para estas gentes.
Cuando instalen a Zelaya en su puesto, al rato esos mismos que defienden tanto la vuelta de la democracia, se habrán olvidado sin ningún problema del país intervenido. Verán que con ó sin Zelaya, las transformaciones sociales profundas no pasan por una ley aquí, ó un decreto allá. Las transformaciones sociales se realizan con MOVILIZACIÓN (de clase por lo demas)
Maníacos depresivos subversivos, cuando ocurrió lo de Colombia, los ataques aéreos y sus comandantes muertos, esa semana eran todos guerrilleros, estaban todos con la mochila en la espalda lista para el monte, todos. ¿Y ahora?
Muerto Michael, ocupados en sus casas estaban, entrenando en como hacer en forma perfecta, “el pasito para atrás”, hasta que vino lo de Honduras, ahí volvieron a instalarse con sus mates, tejidos y bordados los infaltables doxógrafos (opinólogos) a deshuesar el cómo, cuándo y el por qué de la intríngulis social. Ya pasó el fiasco de la Iniciativa Internacionalista, ya pasaron casi 35 años desde que Franco murió en cama. ¿Cómo nos está yendo con las reformas hasta ahora? ¿Quiénes son los que gozan de algún avance?
Hay cierto sector de una izquierda parasitaria que se honra, celebra y canta por triunfos y conquistas ajenas. Conquistas realizadas por los reformistas, triunfos electorales y burocráticos. Acciones realizadas por aquellos que pueden esperar toda la vida y diez más, para humanizar el capitalismo.
No hagamos nada, los cambios se logran a través de votaciones, esperemos las próximas elecciones entonces y dediquémonos a ganar pasta mientras tanto.
Humanizar el capitalismo, eso es exactamente lo que quieren algunos, suavizar el capitalismo. Habrá que respetar el lento, suave ejercicio de mejoras graduales y paulatinas a largo, largo, largo plazo. Bien. Pero aquellos que bogan por aquello, arrópense con un poquito de humildad, no todos tenemos el mimoso estilo de cambiar de horarios, principios y partidos según los acontecimientos o de no hervir de rabia al ver como mueren miles de hambre a diario en el planeta. Ahorren fuerzas y energías, y convóquense para la siguiente elección.
Humanizar el capitalismo es intentar domesticar un tigre adulto con un libro de poemas
No deja de ser llamativo que la izquierda en su conjunto, no importa el tamaño de la derrota, siempre encuentra la manera o forma de transformar las derrotas en victorias, pírricas por lo demás, pero sendas victorias del pueblo, para el pueblo y desde pueblo, con el pueblo y más pueblo y más palabrería barata.
Lo que no ha cambiado, y tiene poco aire de cambio en la izquierda, es el obstinado ostracismo hacia las críticas. Son bastantes los revolucionarios pasivos hoy por hoy, han sido sometidos y acomodados a una postura que agrada a los señores, como muy bien lo dijo nuestro alopécico líder “El reformismo es la capitulación a las políticas del sector opuesto” (Lenin) y en eso tenemos infinidad de acomodaticias lagartijas feas y de uñas siempre largas.
La reacción internacional ante este atentado, será el broche de oro, comunicacional para instaurar más a fondo los procesos electorales en el mundo. La nueva democracia reemplaza y reemplazó todo intento revolucionario. La crítica ante ese golpe militar será:
No meta bala, si se puede meter a todo un pueblo en una urna, como si fuera un horno y amasarlo a su regalado antojo.
A varios por ahí les fascina y les encanta el poder por arriba, desde arriba, le temen a lo popular, a la construcción básica de estructuras legítimas en los subterráneos del pueblo, les horroriza no ser parte de la repartición de la torta estatal, miran con los labios untados en saliva como otros se reparten el erario y ellos no tocan nada. Intento entender (y me cuesta bastante) a esos compañeritos, eso no significa que sus posturas sean incuestionables.
Imagino que deben llorar de pena al no poder enviar al que piense distinto a Siberia.
Y es que a uno lo ven solo, atractivo y sexy y lo quieren linchar por lanzar un par de críticas inocentes, como se nota que no tienen ninguna escuela ciertos compañeritos de izquierda e intentan explicar sus puntos de vista con un garrote y un hacha, que la autocrítica no la usan ni de a mentiras. Montoneros, hijos de la chingada, primero muerto antes de que me maten.
Un ramo de besos y abrazos a mis camaradas. (Anorak Emutiaa)